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Una historia (casi) real
Todo empezó una noche cualquiera, de esas en las que prometes quedarte en casa viendo una serie y acabas en una fiesta que ni sabías que existía. Sí, la historia de esta camiseta está “basada en hechos reales”… aunque nadie se pone de acuerdo en quién los vivió exactamente.
Dicen que había una niña (no sabemos si era realmente una niña o un espíritu libre disfrazado) que no paraba de bailar. Entre luces de colores, vasos sospechosamente llenos de refresco y playlists infinitas, alguien se le acercó con la típica pregunta de toda fiesta:
—¿Te diviertes?
La niña asintió con la cabeza.
Y la respuesta fue brillante y ligeramente filosófica:
—La culpa es tuya por venir.
Y ahí, queridos lectores, nació una camiseta.
Lo gracioso de la frase es que tiene más verdad de la que aparenta. Porque sí, si decides quedarte en casa con tu manta, la historia no sucede. El humor está en la obviedad: nada de esto pasaría si no hubieras aparecido.
Lo surrealista es que, mientras la niña seguía divirtiéndose como si no hubiera un mañana, el resto empezó a repetir la frase como un mantra.
“La culpa es tuya por venir” se volvió el eslogan improvisado de la noche. Alguien lo apuntó en una servilleta (seguramente manchada de salsa), y al día siguiente, con algo de resaca, decidimos inmortalizarlo en tela.

Hoy esa camiseta existe para recordarnos que la diversión no se programa, se provoca. Que la ironía puede ser el mejor aliado. Y que a veces la vida es tan sencilla como admitir que si estás aquí y te gustan nuestras camisetas… bueno, ya sabes, la culpa es tuya por venir.
Así que, si alguna vez te preguntan si te lo estás pasando bien, no pierdas la oportunidad de responder con estilo. Nuestra camiseta no solo es cómoda y original, también es un guiño a todos esos momentos en los que dijiste “solo un rato” y acabaste bailando hasta que salió el sol.
Las mejores historias nacen de aceptar la invitación equivocada. Y ahora, gracias a esta camiseta, puedes llevar ese recordatorio con orgullo (y con un toque de ironía perfectamente hilada).